
Los aerogeneradores, al igual que otro tipo de infraestructuras elevadas, proyectan una sombra sobre áreas vecinas cuando el sol está visible. En el caso de una turbina en movimiento, las palas del rotor cortan la luz solar de forma intermitente, causando un efecto de parpadeo que puede resultar molesto cuando afecta a viviendas o edificaciones en general. Por tanto, este fenómeno se define como los cambios alternativos en la intensidad de la luz causada por la rotación de las aspas de un aerogenerador proyectada sobre el suelo o viviendas cuando las palas interrumpen los rayos de sol. Este efecto puede producir molestias a las personas y, en casos extremos, tener efectos negativos sobre las personas fotosensibles, como por ejemplo convulsiones epilépticas.
Este efecto conocido como parpadeo de sombras o “Shadow Flicker” precisa una serie de condiciones para manifestarse. Esencialmente, se necesita que:
- Haya suficiente viento como para que los aerogeneradores estén en funcionamiento
- El sol brille y no existan condiciones de visibilidad reducida como cielo cubierto de nubes o niebla
- El ángulo solar sea bajo, lo cual se da en el amanecer y en el anochecer, principalmente.
- El aerogenerador se sitúe directamente entre el sol y el/los receptores afectado/s.
- El sol esté orientado perpendicularmente al plano de las palas en rotación, lo cual depende de la dirección del viento dominante.
De esta manera, cuando todos estos factores se alinean y se produce una sombra suficientemente larga como para que el receptor resulte afectado, se puede generar una molestia en forma de parpadeo. Cabe indicar que la distancia entre un aerogenerador y el receptor de la sombra afecta a la intensidad y nitidez con la que se observan las sombras proyectadas por las palas. Con respecto a esto, diferentes estudios coinciden en señalar que más allá de 10 veces el diámetro de las palas el efecto de parpadeo de sombras deja de ser perceptible.
Desde Sertogal integramos este tipo de estudio en la planificación y el diseño de los parques eólicos con la finalidad de eliminar o minimizar este tipo de molestias sobre la población. En los Estudios de Parpadeo de Sombras se pretende prever y calcular la frecuencia y el momento específico en la que los aerogeneradores del parque eólico generan sombras sobre el entorno, estudiando detalladamente si existe afección sobre viviendas, edificaciones o núcleos cercanos.
En España, actualmente no hay una legislación específica que regula el parpadeo de sombras o «shadow flicker» en los parques eólicos. Sin embargo, la realización del estudio se antoja un requisito indispensable para su tramitación a raíz de los requerimientos que vienen realizando las administraciones competentes en materia ambiental en los últimos años. Hasta el momento, solamente Alemania ha contemplado este efecto y lo ha incorporado a su normativa, estableciendo un límite máximo de 30 horas por año de sombra astronómica y un máximo de 30 minutos al día sobre un potencial receptor concreto.
Para la realización de este estudio se emplea software específico como puede ser WindPro y, concretamente, su módulo “Shadow”. Con su ayuda se extraen mapas visuales del territorio como el que se adjunta a continuación que permiten determinar las áreas más conflictivas y, a partir de ahí, analizar el impacto sobre receptores concretos.
El cálculo también nos proporciona información sobre el momento del año y la hora del día que cada uno de los aerogeneradores puede proyectar sombras sobre los receptores seleccionados. Esto resulta particularmente útil ya que poniendo el foco en estos momentos concretos se podría evaluar con un mayor detalle el efecto real producido por los aerogeneradores y, llegado el caso de que se detecte un impacto de magnitud relevante, estudiar la posibilidad de detener la operación de las turbinas para evitar el efecto de parpadeo de sombras sobre edificaciones concretas y/o sobre la población en general del entorno.
En caso de que el parpadeo de sombras sea muy intenso o duradero se pueden instalar dispositivos automáticos en las turbinas que, mediante un sensor luminoso, un controlador de sombras e información sobre la localización, detectan los períodos en los cuales se puede producir este efecto y detienen automáticamente el funcionamiento de la turbina.
En definitiva, la realización de este estudio constituye un hito crucial a la hora de valorar el impacto de un parque eólico, ya que permite detectar potenciales episodios negativos con respecto al fenómeno conocido como “shadow flicker”, tomar medidas preventivas en cuanto al diseño y, si fuese necesario, adoptar también medidas correctoras como la parada en el funcionamiento de las turbinas con la finalidad de garantizar el bienestar de las personas habitantes del entorno más cercano.